Era una tarde hermosa en la ciudad de Granada. Era verano y el ligero frescor de la noche caía levemente sobre la ciudad. Algunas de las luces del parque junto a Hospital Real se encendían para ahuyentar la penumbra de la noche. A lo lejos una bandada de palomas maniobraba grácilmente en el aire, marcando un trazo negro y multiforme en el cielo. Junto a la catedral, un conejo mutante de diez metros aplastaba a un par de transeúntes mientras derramaba una verduzca baba tóxica sobre otros cuantos.
Pero no hay
de qué alarmarse aún, creo que eran reporteros de intereconomía.
Sobre el
cielo, la señal del tiranosaurio brillaba, pero como no había anochecido hasta
hacía diez minutos, los miembros de la tyranosaurus Justice league habían
pasado dos horas en omisión de socorro. El sistema de contacto tenía unos
cuantos defectos, pero ya lo arreglarían más tarde…
Una sombra
extravagante investigó la situación tras el edificio a medio derruir que aún
aguantaba en pie junto a la plaza de la catedral.
-¿Desde
cuándo hay una central nuclear en Granada? ¿Y por qué es un conejo de Pascua
rosa? Ni siquiera es pascua y aquí no se celebra con conejos…
-¿Quieres
callarte, Pietro, y dejar de joder el argumento? Los enemigos mutantes hay que
aceptarlos como son. A ti no te gustaría que hiriesen tus sentimientos de héroe
¿No?
La muchacha
de las gafas de sol se cruzó de brazos ante su compañero de equipo, si se le
podía llamar así. Por la estrecha calle un par más de figuras se acercaban
sigilosamente.
-Quizás el
detalle de que se está comiendo a una señora me de cierta ventaja respecto a
él.
-Hay muchas
señoras de repuesto ¿Y ves? Ese es el tipo de mentalidad prepotente por la que
la líder del grupo soy yo, y no tú. Además de por mis habilidades natas de
estratega y mi carisma natural… Pietro, nunca te consideres mejor que nadie. A
no ser que seas yo. Entonces no es que te consideres mejor, es que lo eres.
-Muérete.
Contestó el muchacho, desde lo más profundo de su alma.
Contestó el muchacho, desde lo más profundo de su alma.
Una chica
rubia llegó corriendo hasta ellos, casi sin aliento.
-¡Lo siento!
No vi la tirano-señal hasta hace diez minutos, y el portal de teletransporte
más cercano sin destruir estaba en plaza Einstein, así que…
Otro chico
vestido de negro llegó junto a ella, palpablemente más calmado, y sintiéndose
obligado a dar igualmente una razón de tardanza, trató de tragar rápido para
contestar.
-Estaba
comiéndome un falafel... es como un shawarma pero sin carne y…
-¿¡¿¡Un
Shawarma?!?!?¡¡ HAY UN CONEJO MUTANTE EN LA CIUDAD!!
Gritó
Pietro, conteniéndose para no darles a todos con la vara de su lanza.
-Así nunca
serás líder cuando yo muera…
La chica de
las gafas de sol y el traje estrambótico negó con la cabeza, fingiendo
decepción.
-¡No eres la
líder, Misery! Díselo, Silver.
La muchacha
rubia, todavía sin haberse repuesto de la caminata, pareció dudar.
-Bueno, es
que ES la líder ¿no? Lo elegimos con un rasgo aleatorio y ganó.
-El rasgo…
que escogiste… ¡Era la maldita talla del sujetador! ¿A quién le importa eso en
una batalla contra el mal?
-Tú no has
leído muchos cómics books ¿eh? Mira todas las villanas ¡TODAS!
-¡Pero no
somos villanos, somos héroes!
Silver le
miró, pensativa.
-Entonces
quizás deba pedir perdón lo de destruir el orfanato esta mañana.
Misery se
rió a carcajadas, mientras Pietro se daba la vuelta, indignado, y empuñaba la
lanza en vista al combate.
-Se acabó,
yo me voy a enfrentarlo ¡La heroicidad no es un juego de niños y alguien tiene
que salvar Granada!
Misery
rebuscó en su mochila, tras encogerse de hombros, y le dio una botella sellada
de un líquido rosado.
-Si vas a
hacer de tanque, será mejor que lleves esta poción de salud contigo hasta que
entremos ¡procura hacerle un buen daño! Ya sabes que el resto de nosotros no
tiene una puntuación de defensa demasiado alta…
El muchacho
recogió la botella, algo conmovido por el gesto. Al fin y al cabo, sus
compañeros eran también héroes, aunque la mayor parte del tiempo se esforzasen
en esconderlo.
-¡Gracias!
-¡Está un
poco vieja, así que agítala antes de usarla!
Gritó,
mientras veía a Pietro salir a enfrentar al conejito de Pascua gigante y girar
el recodo.
-Bueno, será
mejor que yo también salga a apoyarlo aunque sea. Tengo más puntos de vida que
vosotros y más resistencia, así que…
Sugirió
Silver, pero Misery la sujetó por el brazo con fuerza.
-Espera un
momento, deja que Pietro termine su ronda.
-¿Por qué?
Sé que le has dado una poción de salud, pero igual…
-Porque lo
que le he dado es Nitroglicerina.
Una brutal
explosión resonó por toda la ciudad, haciendo saltar cascotes de los edificios
colindantes y que un trozo de tejado cayese casi justo encima de Deathwhisper,
el pícaro del shawarma. Por suerte para él, Silver tuvo la suficiente agilidad
como para sacarle de debajo justo a tiempo. Unos cuantos trozos sanguinolentos
de Pietro salpicaron la pared contigua y su lanza se deslizó por el suelo con
un desagradable sonido metálico.
Misery se
asomó con cautela a la esquina para echar un vistazo al panorama.
-Sigue vivo.
Este es duro de roer…
Se volvió a
Silver para indicarle el plan de ataque cuando vio su cara de enfado.
-Le has
vuelto a matar.
-Oh, venga,
es culpa suya por seguir fiándose de mí a estas alturas. No aprende…
Dijo la
chica, quitándole importancia al deliberado homicidio con un simple gesto de
mano. Al fin y al cabo tenían plumas de fénix para traerlo de vuelta ¿no? No
había que montar un drama.
-Vas a
pedirle perdón.
-¡Siiiiiiilveeeer!
Dijo,
agarrándose al brazo de la muchacha rubia y colgándose de él como si fuese una
niña pequeña.
-Hazlo.
Ordenó
Silver, autoritaria, mientras rebuscaba en su saquillo de curandera algo que
les sirviese para volver a juntar los trozos de su amigo. Misery se inclinó con
cierta teatralidad sobre un trozo de carne humeante, sin dejar de mirar de
reojo a la healer de su grupo, como el niño que pide disculpas contra su
voluntad.
-Siento
haberte vuelto a engañar y volarte en pedazos, esto…uhm… ¿Bazo? de Pietro…Ya
¿contenta?
Silver
asintió, conforme, pasándole la pluma de fénix a Deathwhisper, que trotó
atolondradamente sobre los escombros hasta un trozo de carne especialmente
grande. Lo cierto es que para ser un pícaro tenía realmente poco de sigiloso y
bastante más de ornitorrinco borracho.
Un haz de
luz surgió del tozo de carne u el resto de fragmentos de Pietro se despegaron
de los escombros para acudir a la llamada imantada de la pluma. Contemplaron no
sin cierto asombro a pesar de las veces que habían asistido al ritual, cómo su
amigo de recomponía pieza a pieza.
Abrió los
ojos.
-No me puedo
creer que me hayas matado de nuevo.
-Yo no me puedo creer que te sigas fiando de
MÍ.
El chico
miró acusador a Silver.
-¡Me ha
matado!
-Sí, pero ya
te ha pedido perdón.
Replicó
ella, como si estuviese cansada del tema. Más bien lo estaba, de hecho.
-¿Cuándo?
-Cuando eras
trocitos de carne chamuscada, y ahora, centrémonos en el plan.
Un pedazo de
catedral se estrelló a pocos metros de ellos. El conejo mutante comenzaba a
impacientarse, y la última vez el alcalde no estuvo demasiado contento con los
destrozos que sus negligencias causaron. Tenía razón Silver, había que darse
prisa.
-¡No,
siempre nos joroba! Exijo un castigo.
-¡Este no es
el momento! Y ni se os ocurra reñir, no voy a malgastar más plumas de fénix
en vuestras tonterías. Así que hale, a pelear.
Pietro se
cruzó de brazos, indignado ante las órdenes, pero reconociendo que era cierto
que tenían otras cosas más prioritarias a las que dedicarse.
-Después
hablaremos de esto.
-Seguro…
Masculló
Misery, mientras invocaba un enrome martillo cuajado de clavos incrustados
entre la madera.
-Bien,
Pietro, tú vas delante, Misery cubrirá el otro flanco, mientras yo vigilo que
vuestra salud no se resienta demasiado. La bomba, aunque no le ha matado, ha
tenido que causarle bastantes daños. Deathwhisper, tú ataca la retaguardia.
Comprueba si esa cesta de huevos de Pascua contiene algo de lo que haya que
preocuparse.
-Y yo como
jefa de grupo, apruebo tu plan.
-¡NO ERES LA
JEFA!
Le gritó
Pietro, agotado de aquella locura cada vez que el grupo se reunía para combatir
el mal. La healer se volvió a indignar.
-¡Eh, no
quiero más peleas! Ahora ¡A PELEAR!
-¿Eso no es
una contradicc…?
Aventuró
Deathwhisper, tímidamente.
-¡Cállate y
ve tú también!
[CONTINUARÁ...]
muaja! muaja! muaaajajajajaaa!!
ResponderEliminarSoy maligna :3
ResponderEliminarMis pedazos sangrientos y yo tomaremos venganza...pero sin olvidar salvar Granada City xD
ResponderEliminarNo vale ir contra el alineamiento de uno, lo recuerdo xD
ResponderEliminarYo me pedí caótica maligna, así es que...
Me siento una madre xDDD Me encanta *______*
ResponderEliminarMe siento Tony Stark comiéndome un merecido Shawarman, pero sin carisma XD
ResponderEliminarDeathwhisper, el único rogue con pocos puntos en sigilo.
Bueno, bueno, cuando os toque lo arregláis xD
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